A los niños les encantan los títeres: presente un títere a un niño y pensarán en diversión, aventuras, historias y, como mínimo, sonreirán. Desde la perspectiva de un padre/educador, los títeres son fabulosos para el desarrollo de un niño. Una vez puesto en una mano o en un dedo, el niño tiene que conseguir que el títere haga algo. Los inspira a ser creativos, imaginativos y comunicativos de una manera que muy pocos juguetes podrían lograr. Luego, el niño querrá montar un espectáculo que proporcione entretenimiento alegre en el hogar (lejos de las pantallas) y que mejore aún más sus habilidades del habla y el lenguaje y su confianza. Es sorprendente que los títeres se utilicen ampliamente en la educación en todo el mundo.