La función biológica principal de la vitamina D es mantener en grados normales los niveles de calcio y fósforo en la sangre. El Calcio soluble (en forma ionizada) juega un papel importante en diferentes procesos metabólicos, es necesario para la contracción muscular, la secreción de hormonas y enzimas, y el envío de mensajes a través del sistema nervioso. La vitamina D ayuda en la absorción del calcio, lo que contribuye a formar y mantener huesos fuertes. La síntesis de la vitamina D-3 la realizan los humanos en la piel cuando se exponen a los rayos ultravioleta-B (UVB) del sol o en la dieta. La participación de la vitamina D incluye la absorción de calcio en el intestino, su almacenamiento en los lugares de depósito y su utilización posterior para mantener el nivel sérico de calcio ionizado. La deficiencia de vitamina D puede causar osteomalacia, lo cual provoca debilidad muscular además de debilidad ósea.