En el curso de sus investigaciones, el doctor Steven Gundry, autor de varios bestsellers sobre nutrición, descubrió la razón del éxito relativo de las dietas keto o cetogénicas: las cetonas no son una fuente de combustible «mágica», como se creía, sino que su gran propiedad es que fomentan el desacoplamiento mitocondrial, el cual había que poner en el centro de la ecuación.