Randy Chung Gonzales fue iniciado por entidades descarnadas. Durante tres años le entregaron poderes de sanación. Él no era más que un mestizo laico y materialista, pero fue totalmente transformado en su iniciación. Fue Frédérique Apffel-Marglin quien forzó a Randy a ir a la ceremonia de ayahuasca donde acabaría siendo iniciado en contra de su voluntad. Esta iniciación chamánica cambió la vida de ambos. El libro junta la voz de Randy, en primera persona y sus propias ilustraciones, y la de Frédérique, que se transformó de una antropóloga académica en algo diferente.