Mantiene el flujo del inyector de combustible y los patrones de pulveración.
Suaviza el funcionamiento del motor.
Limpia los componentes del sistema de combustible.
Mantiene limpias las válvulas de admisión.
Una botella trata hasta 20 galones de gasolina.
Mejora las propiedades de flujo en frío.
Reduce las emisiones Co2.
Ayuda a restaurar la economía del combustible.
Evita la corrosión.