Las lavadoras modernas incorporan, casi universalmente, un filtro atrapa pelusa como componente esencial de su diseño. Este dispositivo, a menudo pequeño y discretamente ubicado, cumple una función crucial en el mantenimiento de la eficiencia del aparato y la protección de las tuberías de desagüe. Durante el ciclo de lavado, las prendas textiles liberan fibras, hilos y otros pequeños residuos que, de no ser capturados, podrían acumularse en la bomba de agua, obstruyendo su funcionamiento y reduciendo su vida útil. Asimismo, la acumulación de pelusa en las tuberías puede provocar bloqueos y costosas reparaciones. El filtro atrapa pelusa, por lo tanto, actúa como una barrera que previene estos problemas, asegurando un rendimiento óptimo de la lavadora y evitando inconvenientes mayores en el sistema de plomería. Su limpieza regular, un procedimiento sencillo y rápido, es una práctica fundamental para prolongar la vida útil del electrodoméstico y mantener su correcto funcionamiento.